lunes, 11 de julio de 2011

Acompañante de Cabral es clave en investigación


» Es un empresario nicaragüense dueño de clubes nocturnos. Se cree que a él iba dirigido el atentado



Descifrar las actividades y nexos de un nicaragüense dueño de una cadena lujosos clubes de entretenimiento para adultos que acompañaba a Facundo Cabral, será determinante para esclarecer el atentado que segó la vida del artista argentino, según las autoridades.
Cabral, de 74 años, murió a consecuencia de varios impactos de bala y, de acuerdo con las primeras pesquisas, el ataque no iba dirigido en su contra, sino contra el empresario nicaragüense Henry Fariñas, quien conducía el vehículo en el que el cantante se dirigía hacia el aeropuerto.
Pero el turbio historial de crímenes políticos e impunidad que caracteriza a Guatemala, la rampante violencia atribuida a poderosos grupos de narcos y a pandillas son factores a considerar.
Pero también una campaña electoral marcada por ofrecimientos de aplacar la inseguridad y que ha polarizado a la sociedad entre quienes temen regresar a la represión de las pasadas dictaduras militares y los que creen que los actuales problemas solo se resolverán con "mano dura" son elementos que podrían complicar el esclarecimiento del crimen.
El nicaragüense Henry Aquiles Fariñas Fonseca, de 42 años, es la persona a la cual el ministro guatemalteco de Gobernación, Carlos Menocal, cree que iba dirigido el ataque en el que murió el trovador.
Hasta hoy lo que se sabe del empresario que contrató a Cabral para dar al menos un concierto en Nicaragua es que posee "centros nocturnos" en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá llamados "Elite". Los sitios ofrecen espectáculos con bailarinas latinas, muestra fotografías de espectáculos desnudistas que duran toda la noche y ofrece cuartos privados para los clientes, dice el cable de AP.
"Nuestras divas lo harán sentir como si estuviera en el paraíso", reza uno de los eslogan en la página de Internet de la cadena, según la agencia.
El secretario privado del Ministerio Público, Mynor Melgar, declaró a la AP que el nicaragüense es clave en las investigaciones pero "estamos esperando a que Fariñas se recupere para entrevistarlo y saber un poco más del ataque".
Actualmente, se encuentra bajo custodia policial en un hospital privado de la capital guatemalteca, en donde se recupera de las heridas que sufrió, incluido un disparo en su cabeza que lo mantiene en coma.
Según el sitio en español de la cadena BBC, que cita información de diarios argentinos, Fariñas había recibido amenazas.
Melgar dijo que el empresario no tiene denuncias ni procesos penales en su contra, aunque sí ha presentado por lo menos dos denuncias ante el ministerio Público: una por robo de documentos y otra por el robo de una tarjeta de circulación de un carro. El vocero de la policía de Nicaragua, Fernando Borge, dijo que "no tenemos ninguna información que ofrecer" sobre Fariñas, pero dijo que esa institución está lista para "colaborar con las autoridades de Guatemala" en lo que se requiera.
Aunque el ministro consideró que vincular a Fariñas con cualquier actividad delictiva era "especular", aseguró que investigarán a todas las personas implicadas en la emboscada en que participaron pistoleros que desde tres vehículos atacaron con fusiles la camioneta agrícola en la que Fariñas trasladaba al artista argentino hacia el aeropuerto internacional La Aurora.
El músico se disponía a abordar un vuelo rumbo a Nicaragua, en donde el 3 de julio había cumplido una presentación para la que Fariñas lo contrató.
La autopsia determinó que Cabral recibió tres disparos en su costado izquierdo, de los cuales uno en la cabeza.
No se había informado de que el negocio del nicaragüense ni su residencia hubieran sido registrados por las autoridades. En el club nocturno las llamadas las respondió un hombre que dijo ser "seguridad" y dijo no tener ninguna información.
Varios grupos de guatemaltecos convocaron ayer a nuevas manifestaciones para exigir que el gobierno esclarezca la muerte del argentino, un músico que ganó notoriedad en los 70 por sus canciones de protesta y denuncia social y que atraía a millones de seguidores en Latinoamérica.
El ofrecimiento del presidente Álvaro Colom en la víspera de destinar todos los recursos necesarios para resolver el ataque, no convenció del todo a la población de este país, en donde asesinatos de personalidades permanecen impunes o han tomado décadas para que la justicia actúe y por lo regular solo parcialmente.
En las redes sociales se especulaba sobre todo tipo de conspiraciones respecto al asesinato, por lo que el presidente hizo un llamado a la calma, a no darle un tinte político al ataque y a tener paciencia para conocer los resultados de las investigaciones, que serán acompañadas por una comisión auspiciada por Naciones Unidas que opera en Guatemala para combatir la impunidad.
Sumado a la debilidad del sistema de justicia, el mes pasado Colom convocó a nombre del Sistema de Integración Centroamericana a una cumbre para pedir ayuda internacional para hacer frente al narcotráfico que se ha abatido contra los países de la región y frente al cual los estados se han visto debilitados.
En Guatemala se ha arraigado el cartel mexicano de Los Zetas, al cual las autoridades le atribuyen violentas acciones para apoderarse de territorios en disputa con otras facciones criminales locales. A ese grupo se responsabilizó de la matanza en mayo de 27 campesinos, decapitados en una finca del norte del país. Varios mexicanos cabecillas del grupo fueron detenidos.
Ayer, el portal de Internet El Blog del Narco especulaba que fue un ataque perfectamente planeado por miembros de la banda criminal Los Zetas. La nota aparecida en dicho sitio revela que desde hace unas semanas la banda, que lucha por ampliar sus actividades en Guatemala, había anunciado que daría un fuerte golpe para hacer sentir su poder en la región.
El cuerpo del artista está en una funeraria privada mientras se completan los trámites para su repatriación, que se espera pueda realizarse este martes.
El crimen fue repudiado ayer por el arzobispo de Guatemala, monseñor Óscar Julio Vián, quien reprochó al gobierno no hacer lo suficiente por erradicar la violencia y le pidió a la ciudadanía no acostumbrarse a la violencia, sino exigirle a las autoridades que la frenen.

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